No se perdió por goleada, no se jugó mal, no se fue inferior, pero la derrota ante el clásico rival, a quién no se le puede ganar desde hace 11 partidos, cayó muy duro en el plantel y en los hinchas. A diferencia de otras oportunidades Racing no jugó mal pero no encontró ideas para doblegar a un rival visiblemente inferior y que apoyado en su arquero, quien resultó ser la figura, terminó quedándose con el partido con un cabezazo aislado al final del primer tiempo. Quien tuvo las mejores oportunidades de la Academia fue Gabriel Hauche con tres mano a mano frente a Navarro, quien resolvió con seguridad y autoridad. Pero más allá de eso no hubo creación, Toranzo estuvo intermitente y no participó en la formación del juego. Racing pudo haber sido el protagonista y tener las mejores situaciones, como declaró Russo una hora y cuarto después de terminar el encuentro, pero los hinchas se quedan con el resultado final y la desilusión de volver a perder un clásico que debería haberse ganado.
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