Otra vez, el cierre de una nueva jornada futbolera, nos encuentra así: desencantados, desganados, con desazón, con bronca, calientes... Muy Calientes. Sabemos que los racinguistas, somos capaces de aguantar sinsabores así, en balde, pero cuando la van de frente. Somos tipos, que bancamos la peor campaña, llenando cuanto estadio aparezca y poniendo absolutamente todo lo que hay que poner, siempre y cuando, la entrega absoluta la recibamos, desde el campo de juego. No nos interesa el nombre, ni del técnico ni de los jugadores, solo aceptamos que por el hecho de vestir "la gloriosa albiceleste", dejen hasta la última gota de sudor, sangre y lágrima. Sí, como Churchill, aquel viejo estadista inglés, donde en pleno bombardeo de la aviación alemana, sobre Londres, en la Segunda Guerra Mundial, solía levantar el ánimo de la población, casi derrotada, pidiéndole hasta la última gota de cada habitante, para revertir el desenlace. Así, de frente, sin anestesia sin medias tintas, sin el puñal bajo el poncho, sin tratar de tapar actitudes o movimientos extraños. Pero que lejos y distintas, las acciones de aquel político flemático, para con lo que nos han ido acostumbrando, con el paso del tiempo, politiqueros, gremialistas, dirigentes, técnicos... sí, los inventores de uno de los golpes bajos más arteros, que puede recibir el hincha de futbol: El Bolazo. Puedo citar de a montones, pero sin dudas hoy, tenemos que soportar en casa, a uno de sus mayores exponentes. Quienes son asiduos oyentes, de nuestro programa radial, recordaran el pedigree del señor Caruso Lombardi, que les contamos antes que aceptara, la oferta de técnico. Típico émulo del hornero, construyó gran parte de su carrera en el ascenso, dirigiendo de pico. Sólo habla de su paso por Tigre, donde obtuvo óptimos resultados, pero jamás nombra All Boys, Defensores de Belgrano, Estudiantes de Caseros, Italiano, El Porvenir, Platense, etc, donde, o por floja respuesta de los jugadores o por problemas con los dirigentes, siempre largó en banda a alguna institución. Son muchas las infidencias, que como periodista, uno se entera de este histriónico personaje, pero como nada es comprobable, hasta ahora, lo seguimos observando. Lo que sí no me banco, y creo la mayoría de los hinchas tampoco, es el parloteo permanente "- jugué todo el primer tiempo, con línea de tres, en el fondo-", "-salvo algunos minutos, nada más, después manejamos nosotros-", -¡en el penal, lo roza y se tiró!-", "-me cuesta levantarlos, los veo caídos, sin convicción, no decididos...-". BASTA, BASTA, BASTA!!!, paremos, aunque sea una semana. Podrá poner freno a su incontinencia verbal, y trabajar en silencio? Si nos superaron tácticamente, en juego asociado, en presencia y en convicción. La culpa no es de los jugadores, es suya. O no les llega su mensaje. O ellos también se están hartando, del bla bla bla. Por el bien del pueblo académico, don Caruso, sincérese con el plantel y trabaje para salir, de este pésimo presente. Los BOLAZOS, déjelos para sus amigos del café, o aduladores de turno, porque a los de Racing con eso, no nos enrosca.
